El funcionamiento del
polarímetro es muy sencillo e ingenioso, como puede comprobarse
a través de la figura adjunta. La luz introducida es polarizada
en un plano determinado mediante el polarizador (A) y luego se hace pasar
a través de la disolución de la sustancia que se pretende
analizar. A continuación, esta luz pasa por un nuevo polarizador
(C) que deberá estar colocado en la posición adecuada para
permitir el paso de la luz hasta el objetivo (F), para lo cual se dispone
de un sistema que permite girarlo alrededor de un eje. Gracias a la lente
(D), se puede leer en el círculo (EE) el ángulo que es necesario
girar el segundo polarizador para obtener un máximo de intesidad
luminosa. Si se mide este ángulo cuando el recipiente está
vacío y cuando el recipiente está lleno con una sustancia
opticamente activa, la diferencia entre ambos valores permite calcular
el poder rotatorio de la disolución
Volver a la página anterior